Ponete en mi lugar (o mejor, no)

Quizá estés leyendo esto porque encontraste en tu parabrisas una notita como ésta o una parecida:

Que no te quepan dudas: te la dejé yo.
Sí, ayer, en el club. Suponiendo que por un instante tu conciencia cívica te movió a guardar el cartelito y no lo tiraste hecho un bollito al piso, estarás por acá mirando "quién será el desubicado que deja un cartel así??".
Por si no te diste cuenta te lo dejé porque estabas ocupando un lugar que no te corresponde. Sería raro que no lo hubieras notado, porque para estacionar ahí, tuviste que bajarte de tu auto, correr el cono con el cartel "Reservado para discapacitados" (sic, no "persona con discapacidad", como sería correcto), estacionarte, y volver a colocar el cono.
Seguramente te sentiste muy feliz de haber aprovechado tan lindo lugar, cerquita de la puerta.
Ahora te cuento cómo me hiciste sentir a mí.
Gracias a tu distracción, cuando llegué a buscar a mi hijo mayor, tuve que ir a estacionarme bien lejos, allá al fondo del estacionamiento. ¿tenés presente que ayer hacían 37 grados, y que estamos transitando una ola de calor? Te cuento que las personas con discapacidad tienen más facilidades de sufrir los efectos de una ola de calor, se descompensan más rápido que los "normales". Así que allá quedé yo, bien lejos de la puerta, con mi nene con discapacidad adentro de mi auto (con oblea), llorando muy, muy molesto, muy, muy acalorado. Y me ví entre la opción de dejarlo un ratito solo mientras corría a buscar al mayor hasta la puerta, o llevarlo conmigo. Y elegí mi comodidad, vos seguro que me comprendés, busqué la fácil. Lo dejé llorando en el auto, sabés lo que es hacer cien metros o más con ese calor, con una sillita de ruedas por las piedras??? No, capaz que no sabés.
Si hubiera encontrado desocupado el lugar reservado para los que tenemos la oblea pegada en el parabrisas, hubiera estacionado ahí, y en dos segundos tendría a mi niño mayor subido al auto y nos hubiéramos ido rapidito. Y seguro que mi nene menor, ni siquiera hubiera llorado, porque, vos vieras, es increíble, porque ni habla, (ni camina, claro), pero es increíble cómo sabe que ese lugar está cerca de la salida, y eso quiere decir que "ya nos vamos", y nunca llora cuando paramos ahí. Es bien vivo, eh?? No tanto como otros, claro.
Y yo tampoco. Yo, por ejemplo, por más oblea habilitante que tenga, jamás ocupo los  lugares reservados si mi hijo no está ahí en el auto conmigo. Ni siquiera si estoy haciendo un trámite para él, por ejemplo, en la obra social. Pero eso ya sería muy largo de contarte.
Me gustaría que si tenés algún comentario para hacerme, lo hagas aqui. Lo voy a estar esperando.

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